Parto

Es una función fisiológica especial y espontánea.

El cuerpo de la mujer está preparado para parir y si no está condicionado, sabe qué hacer en el momento que el parto se presenta.

Aunque no decidimos sobre él, podemos hasta cierto punto facilitarlo o dificultarlo, según la actitud con la que lo enfrentamos. Esta actitud puede determinar en gran parte esta vivencia.

No es lo mismo abordar el parto estando tranquila, con la actitud de participar, acompañar y compartir con nuestro hijo la experiencia de su nacimiento, ayudándole y favoreciendo el proceso, permitiendo los movimientos, respiraciones, sonidos, etc. que nuestro cuerpo hará de manera espontánea; a enfrentarlo como una experiencia temida, que provoca un gran dolor y sufrimiento y en donde no se sabe qué cosas tenemos que hacer o dejarnos hacer.

A muchas mujeres saber cómo es el proceso del parto, puede ayudarles a afrontarlo con más serenidad y una mejor actitud.

Pródromos de parto

Existe una fase previa al proceso de parto, conocida como trabajo de parto falso o pródromos de parto. Se caracteriza por la aparición de contracciones uterinas irregulares, que algunas mujeres ni siquiera llegan a percibir, mientras que para otras son ya intensas. Esta fase puede ser de gran duración, puede durar días e incluso un par de semanas. A veces resulta difícil distinguir si se ha comenzado el trabajo de parto, o si la aparición de ciertos signos es una falsa alarma, en especial si se sienten contracciones. Podremos saberlo observándolas: en este periodo las contracciones son irregulares en duración, frecuencia e intensidad; no son rítmicas ni regulares.

La función de las contracciones de los pródromos es borrar y ablandar el cuello del útero, paso previo a la dilatación. En esta fase también puede suceder la expulsión del tapón mucoso, sustancia de consistencia gelatinosa, que se mezcla con restos de sangre roja o marrón. Este tapón ha estado protegiendo durante meses el orificio uterino a modo de barrera para evitar la entrada de bacterias al interior de la matriz y de esta manera proteger al feto. El tapón mucoso se desprende como consecuencia del comienzo de la dilatación del cuello uterino. En ocasiones este tapón se pierde poco antes del parto, pero también puede ocurrir unos días antes, incluso sin que la mujer lo advierta.

El preparto no se presenta en todas las embarazadas, por lo que muchas mujeres comienzan directamente a experimentar las contracciones rítmicas características del inicio del trabajo de parto, pero a veces la mujer confunde este periodo con el de dilatación, por lo que le parece que el parto es muy largo.

Fases del parto

Cada parto es diferente, varía de una mujer a otra, incluso en la misma mujer puede diferir mucho de un parto a otro. Sin embargo, todos pasan por tres etapas: dilatación, expulsivo y alumbramiento.

1º Fase: Dilatación

El primer período de parto tiene como finalidad dilatar el cuello uterino.

Comienzan o se intensifican las contracciones, se hacen rítmicas e intensas, el intervalo entre ellas se reduce (aproximadamente cada 15 minutos y se va acortando hasta cada 3 minutos). El cuello del útero se va ensanchando hasta alcanzar la dilatación completa, que corresponde aproximadamente a 10 cm, lo que permitirá la salida del bebé, que baja por el canal del parto.

Durante el descenso, el bebé debe rotar varias veces la cabeza para pasar a través de la pelvis de la madre, que tiene una forma irregular. Este descenso, provocara la extensión de los ligamentos de la pelvis y la movilización de sus huesos y articulaciones, lo que puede provocar molestia o dolor en las zonas lumbar, sacroiliaca o púbica.

Esta es la fase más larga del parto. Su duración puede ser muy variable, entre 3 y 15 horas pero puede llegar a durar más horas, sin que sea anormal. En general su duración es más larga en el primer parto y se va acortando en los partos siguientes, pero siempre puede haber excepciones.

Cuando el bebé ya ha superado la parte más baja (entre el pubis y el cóccix), ya sólo le queda salir.

2º Fase: Expulsivo

El expulsivo, empieza cuando finaliza la dilatación del cuello uterino y la cabeza del bebé se sitúa al final del canal del parto y acaba en el momento en que el bebé sale completamente al exterior.

Durante esta fase es normal que la madre empiece a notar una necesidad de empujar para ayudar a salir al bebé. Esta fuerza ejercida durante las contracciones en esta última fase se conoce con el nombre de pujos.

3º Fase: Alumbramiento

Se denomina alumbramiento a la expulsión de la placenta. Tras el nacimiento del bebé, se producen unas contracciones, menos intensas que las del periodo de dilatación, que ayudan a que la placenta se desprenda de la pared uterina y sea expulsada.

Las contracciones

Por normal general, a finales de la gestación aparecen tres tipos diferentes de contracciones, que por orden cronológico, se las clasifica en:

  • Las llamadas contracciones falsas o Braxton Hicks: el cuerpo de la mujer ejercita las contracciones uterinas como preparación al parto. Pueden aparecer a partir del séptimo mes de embarazo o incluso antes. Este tipo de contracciones se presentan a intervalos irregulares, no son progresivas, se van suavizando hasta que desaparecen y ceden con el reposo, o al cambiar de posición. Su función es madurar el cuello uterino, preparándolo para la dilatación.
  • Las contracciones prodrómicas o de preparto: son algo más intensas que las Braxton Hicks y suelen aparecer unas semanas antes del parto. Siguen sin producirse con una frecuencia determinada.
  • Las contracciones de parto: son intensas y se presentan con un patrón rítmico progresivo.

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