Postparto
Se ha venido considerando postparto a los primeros 40 días después del parto. Sin embargo es un proceso mucho más largo, que tiene mucho que ver con la experiencia emocional y la adaptación a la nueva situación.
Alrededor de dos años, el tiempo en que el niño comienza a separase emocionalmente de su madre, la madre puede estar igualmente fusionada emocionalmente con su hijo. Mientras dure este lento proceso de independencia puede alargarse el periodo de postparto.
Aunque tener un hijo es una maravillosa experiencia, en el postparto a veces pueden suceder cosas no tan agradables que creo que es importante saber y estar preparadas por si nos suceden algunas de ellas. Muchas veces si sabemos que las cosas que nos ocurren son frecuente o normales se nos hacen más llevaderas que cuando nos suceden sin saberlo.
El postparto comúnmente, se considera un proceso de la mujer, pero es un proceso que implica cambios:
- En la mujer: habrá cambios físicos, emocionales y mentales; inmediatos y a largo plazo; pasajeros y/o permanentes
- En el hombre: emocionales y mentales
- En la pareja: cambios en la relación entre los dos y con los demás
- En las relaciones sociales: habrá un cambio de forma y necesidades
Tener un hijo supone un gran cambio en nuestra vida. La mujer ha tenido un proceso durante la gestación y el parto de muchos cambios físicos y este proceso continua en el postparto.
Cambios inmediatos
Hormonales
En las primeras horas después del parto, la mujer tiene una gran cantidad de hormonas en su cuerpo (adrenalina, oxitocina y endorfinas) que la tendrán despierta, en un estado de euforia y alerta para poder vigilar al bebe (¿respira bien, no se ahoga, tendrá frío?) Esto lo hacen todas las hembras animales.
Los entuertos
Son contracciones que experimenta el útero para volver a su tamaño y localización en la pelvis. Tienen una función muy importante, se encargan de limitar la hemorragia después del parto y que tanto la sangre, el líquido o restos de menbranas sean expulsados del útero evitando así una posible infección. Después del nacimiento del primer hijo, los entuertos no suelen ser muy dolorosos, pero su intensidad puede aumentar en relación con el número de partos o si el parto es por cesárea. Resultan más intensos en el momento que el bebé succiona.
Si son fuertes se puede utilizar la respiracion del parto para sobrellevar la contracción.
Suelen ser más frecuentes e intensos los dos primeros días y no suelen durar mas de una semana. Si persisten, es conveniente consultar con un médico.
La vejiga
Es posible que la mujer no sienta ganas de orinar demasiado durante el primer día después del parto. Esto es bastante común y se debe a que tu vejiga está menos sensible temporalmente. Sin embargo, debido a todo el líquido extra que están procesando los riñones, la vejiga se llena muy pronto y por ello es importante orinar con frecuencia, aun cuando no se sienta necesidad. Es conveniente ir al baño cada tres horas, si no, la vejiga podría distenderse en exceso. Esto puede causar problemas urinarios y también hace más difícil la contracción del útero, lo cual produce más dolores de postparto y sangrado. Es posible que se te escapen gotitas antes de llegar al baño.
Fiebre
Entre el tercer y quinto día puede haber un aumento de la temperatura leve por la "bajada" de la leche. Si la fiebre es elevada y persistente puede tratarse de una infección. En este caso deberás consultar al médico.
Cambios a largo plazo
Cansancio
El parto es un gran esfuerzo y trabajo físico que requiere mucha energía. La gran cantidad de hormonas segregadas en el parto y la subida del momento, tendrán luego su correspondiente bajada y hará falta descanso y tiempo para recuperarse. Quizás esto no sea tan fácil por la demanda de atención del bebé, que puede que no deje dormir o descansar lo suficiente. También puede que estés bajo un estrés importante debido a la inexperiencia, en caso de que sea el primer bebé.
De cualquier manera sería bueno investigar si no estás con anemia, y que trates de descansar mucho las horas en que el bebé duerma. Si no puedes dormir, puedes practicar relajación.
Estreñimiento
Puede aparecer en el puerperio inmediato, ayudado por el miedo al dolor, en caso de haber episiotomía, o por efecto de la anestesia en caso de haberse realizado una cesárea. Es importante evacuar y comer fibra.
Hemorroides
Si las tuviste durante el embarazo, no se irán así como así. El estreñimiento puede empeorarlas. Antes de irte a tu casa, el médico te indicará alguna pomada y puedes preguntarle si te puedes hacer baños de asiento con malva.
Edema
Tener las manos y pies hinchados es algo que se puede prolongar después del nacimiento y algunas veces hasta empeorar. Te deberás acostar con las piernas elevadas. Comer sin sal te puede ayudar también.
Varices
Si se trata de varices en las piernas, irán mejorando progresivamente. Si aparece dolor, deberás consultar a un médico.
Dolores de cabeza
Es relativamente normal si son pasajeros. Si persisten y tuviste presión alta en el embarazo o te administraron analgesia epidural, deberás consultar a un medico.
Incontinencia
Cuando estornudas, toses o te ríes, puedes notar una pérdida de orina.
Estrías
Algunas de ellas irán haciéndose más discretas a lo largo del puerperio alejado; puede que otras te acompañen.
Caída del cabello
Se debe a los cambios hormonales y la bajada de estrógeno. Habitualmente se trata de un efecto pasajero.
Suelo pélvico y vagina
El suelo pélvico necesita tiempo para recuperarse: inmediatamente después del parto, la vagina queda distendida y puede estar inflamada y con moratones. Durante los días siguientes, la inflamación comienza a disminuir y la vagina comienza a recuperar el tono muscular. Durante las siguientes semanas, gradualmente se volverá más pequeña.
Si tuviste una episiotomía o un desgarro, el suelo pélvico necesita más tiempo para recuperarse. Es posible que tengas ciertas molestias incluso después de ese periodo, por lo tanto, asegúrate de ir despacio. Considera empezar poniéndote encima de tu pareja o recostándote al lado para que puedas controlar la profundidad de la penetración. En todo caso, si sientes que la relación es dolorosa, espera un poco más.
Escasez de lubricación vaginal
Causada porque los niveles de estrógeno bajan después del parto, lo que puede hacer el sexo más doloroso o menos placentero. Esta sequedad será incluso más pronunciada si estás amamantando, porque la lactancia tiende a mantener bajos los niveles de estrógeno.
Cambios físicos
El físico es algo que siempre ha importado mucho a las mujeres. El cuerpo de la mujer con el parto cambia de forma del día a la noche: de tener una tripa enorme a no tenerla. Pero no volvemos a ser las de antes. La tripa durante el embarazo tenía un significado: un niño. Cuando se tiene el bebé desaparece no sólo la tripa, sino todo el refuerzo que acompañaba a ésta. Para muchas mujeres la dulce espera, e incluso aquéllas que no lo sienten así, la ilusión que generan en otras mujeres o familiares. La tripa después del parto pierde firmeza y significado.
Cambios anímicos
Tristeza puerperal
Los trastornos hormonales que se producen durante el parto también se relacionan con la fragilidad emocional característica de este periodo: puede que estés más sensible, llorar con frecuencia, padecer cambios bruscos de humor.
Durante el parto se requieren altos niveles de progesterona, hormona relacionada con las emociones. Tras dar a luz, la cantidad de esta hormona se reduce de forma drástica. Estas fluctuaciones tan radicales afectan de manera importante a la mujer.
La mujer debe también concederse tiempo a sí misma, no alarmarse por su estado de ánimo, no asustarse por la aparición de llanto o pensamientos negativos hacia su pareja, hacia su hijo, hacia su madre, etc. Debe considerar que todo entra dentro de la normalidad y se pasará en los primeros meses.
El apoyo y la ayuda del compañero o las personas de su entorno es fundamental pues a veces, cosas tan simples como ir al baño, darte una ducha tranquila o ir al súper los primeros días, suponen un desafío dificilísimo. Es importante contar con alguien de tu confianza para cuidar del bebé de vez en cuando para que la mujer pueda descansar y recuperarse. Pide ayuda. Si cuentas con gente que esté dispuesta a ayudarte, dí que si!.
Esta conducta hipersensible es normal y suele desaparecer en pocos días o semanas a medida que la mujer se va adaptando, descansando, recuperándose y acostumbrándose a su nueva situación. Si se acentúa o persiste puede convertirse en depresión postparto y puede que la mujer necesite ayuda profesional.
El shock de convertirse en madre, el cambio de relación con los demás (la propia madre o la pareja), el sentimiento de falta de apoyo, un parto dificultoso, las propias experiencias en la infancia, una dieta irregular o antecedentes de depresión son algunos de los factores más nombrados en el diagnóstico de depresión postparto. Los trastornos hormonales que se producen durante el parto también se relacionan con la aparición de depresión.
Desgaste físico y mental
Tanto en el embarazo como en el parto la mujer usa una gran cantidad de energía, en el postparto estará cansada y sin embargo tiene sobre ella una gran exigencia: cuidar a su hijo. Va a pasar las 24 horas observándolo y tiene que dar el pecho.
Dudas
La madre está sometida a múltiples consejos, familia, amigos, libros... Podrán surgir dudas o conflictos respecto a la responsabilidad en el cuidado. Podrá sentirse insegura y vulnerable a críticas o cuestionamiento personal y externo. Esto también le pasa al hombre y a la pareja.
Sentimientos de vacío
Del día a la noche, ella como tal se vuelve prescindible. cualquier otra persona podría ocupar su lugar, a pesar de ser ella la que concibió a su hijo. Ya no es la que lo cuida en exclusiva. Otras personas, que puede que lo hagan de manera diferente a como ella, podrían ahora acupar su lugar.
La mujer se plantea cuestiones existenciales que quizás hasta ese momento apenas le habían preocupado. Dar vida conlleva un cambio generacional. A partir del momento de la concepción del hijo aparece la idea de la finitud del ser humano. Un hijo aparece para recordarte que un día tú no estarás para verlo siempre. Enfrentarnos con la idea de nuestra propia muerte nos asusta y angustia, pero muy especialmente cuando sabemos que dejamos alguien aquí que nos importa mucho.
El postparto con complicaciones puede llevar a que no pueda hacerse cargo de su hijo desde el principio, lo que añade más dificultades emocionales (sentimientos de culpa, de impotencia, etc...)
Ser madre y no sólo mujer
Su pareja pasa a situarse en un segundo plano. El hombre también se las tiene que ver con sus emociones: el sentirse desplazado por su pareja y en segundo plano en la relación con su hijo. Cambia también la responsabilidad que siente como cabeza de familia, ahora es a él al que corresponde proteger a la familia. Se enfrentará también con sus propios dilemas existenciales y desarrollará habilidades hasta ese momento desconocidas.
Ser padre
Aunque el hombre se enfrenta también con nuevas emociones que le desconciertan, no se encuentra tan cansado ni físicamente ni psicológicamente. Esto hace que tenga una ventaja sobre la mujer para poder adaptarse con menos ansiedad a la nueva situación. Él no ha pasado por nueve meses de pensar en exclusiva en la gestación de un hijo, no ha pasado por el trauma del parto y no ha tenido ningún postparto. Por esto, al hombre se le debe pedir mucha paciencia hacia la mujer, ni más ni menos que la que ella se merece después de tanto esfuerzo por traer un hijo de los dos.
La pareja
La mujer empieza a valorar a su pareja no como hombre, sino como padre y viceversa: aparecen nuevas emociones que hay que aceptar. La pareja presenta comportamientos nuevos y se cuestionarán si son los mejores o más adecuados. En definitiva, se preguntarán si ha elegido la persona correcta como padre o madre de su hijo. Puede que se evalúe de una forma continua a la pareja para ver si cumple con su papel, exigiéndole inconscientemente ciertas conductas que como hemos dicho son desconocidas para ellos, que están aprendiendo a ser padres y necesitan tiempo. Todo esto generará tensiones en la pareja.
Exigencias sociales
Recibir visitas puede ser agotador. La pareja, desde que tiene un hijo, pierde la intimidad en estos primeros momentos. La estabilidad de la pareja necesita su tiempo para adaptarse a su nueva situación. Surgirán cuestionamientos y exigencias externas por parte de la sociedad amigos y familiares.
Esto va a engendrar una nueva necesidad de llegar a acuerdos en la toma de decisiones sobre temas de salud, cuidados y educación. Hay que revisar los acuerdos de pareja anteriores al nacimiento del hijo, cuánto somos capaces de apoyarnos uno al otro y viceversa.
Algo de filosofía
Me gustaría compartir algo de filosofía personal, por si os sirve:
Durante por lo menos los dos primeros años, el vinculo de unión madre e hijo está muy presente. Durante este periodo la función del padre es de apoyo, sostén y cooperación, esto proporciona a la madre seguridad y permite un buen desarrollo emocional de su hijo.
La maternidad es lenta, de tiempos prolongados, suave, interna. Es importante saber que hay otras personas alrededor para ocupar ciertos espacios por un tiempo: La pareja será sostén para que la mujer pueda criar, también es interesante buscar o crear otras redes, familia, amigos o grupos de apoyo. No se puede maternar sin sostén.
Paciencia
Durante casi un año han ocurrido muchas cosas. No es posible, por tanto, adaptarse a la nueva situación en un mes. La adaptación es paulatina, se tiene la vida por delante para ello. Así que lo mejor es aceptar lo que ocurra y vivir cada día con máxima intensidad, ya que el cambio que dará nuestro hijo del primer mes al segundo y sucesivos es irrepetible. Además, la mujer descubrirá que se irá adaptando y cambiando ante su nueva situación tan rápido como cambia su bebé y la pareja lo hará también para su buen funcionamiento.
Es importantísimo que la mujer se escuche a sí misma y trate de actuar en consecuencia. Utilizar el sentido común es lo mejor para ser madre o padre, porque es la única manera de ser consecuente con uno mismo y a su vez la única para transmitir al hijo seguridad en nuestras acciones.
¿Equivocaciones? Todas, pero las nuestras. Y como son nuestras, tendremos que asumirlas y rectificar si así fuera necesario.
Un hijo es para toda la vida y por eso la pareja debe encontrar sus propios criterios a la hora de actuar. A lo largo del tiempo, se encontrará con su hijo a solas y tendrá que tomar decisiones, no podrá llamar a la persona que le dio no sé qué consejo. No hay una única verdad sobre las cosas, por eso cada uno debe buscar la suya.
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